Aunque no se conservan bordados de la Edad Antigua, los historiadores hablan de varias
muestras de esta técnica, presente en nuestro taller de bordados de Madrid Centro, en Asia, Egipto, Grecia y Roma. Sin embargo, la
invención del bordado se atribuye a los babilonios. En el siglo XIII, la época de las Cruzadas,
empezaron a bordarse escudos y otros motivos relacionados con la caballería. Las
composiciones empezaron a ser más recargadas y coloridas. Durante toda la Edad
Media se utilizaron diferentes clases de puntos: al pasado, cruzado y de
cadeneta. Este último empezó a desaparecer a finales del siglo XIV, época en la
que se impuso el punto llano.
Hasta el siglo XIII los bordados de oro, plata y
lana fueron los más comunes. Después se mezclaría el hilo de oro con el de
seda. El bordado a realce comenzó
en el siglo XIII y en la segunda mitad del XV tomó carácter de altorelieve. En el
siglo XV en Italia empezó a usarse el procedimiento del oro matizado. De Italia pasó a Flandes y se generalizó en
España durante el siglo XVI. En ese siglo aparecería también el bordado a
canutillo, que sigue siendo hoy muy frecuente también en Bordados Tecnibor, S.L.
Los bordados de la Edad Moderna siguen en
sus figuras el estilo del Renacimiento y se vuelve a usar el hilo de oro o
canutillo. Entre los bordados para ropa civil cabe citar los que adornaban los
casacones y chalecos de seda que en el siglo XVIII usaban los hombres de
las clases altas. El bordado a mano empezó a usarse menos a finales del siglo
XVIII, sustituido por las máquinas de la Revolución Industrial. Sin embargo,
luego resurgiría, algo de lo que nuestro taller de bordados de Madrid Centro
es una buena muestra.
